En las palabras de Ana Zamora, experta en bodas en Jumeirah Mallorca, en Mallorca, «planear una boda es hacerse responsable de uno de los días más importantes de la vida de una persona, tenemos que garantizar que todo sea perfecto». Según Zamora, pocos destinos pueden competir con esta maravillosa isla balear cuando se trata de romanticismo.  

«La isla tiene un ambiente único, al que contribuyen tanto la abundante cultura local como las múltiples influencias internacionales que, durante mucho tiempo, han ido dando forma a la isla», explica. Jumeirah Mallorca se encuentra en una ubicación ideal para sacar partido de ese ambiente único, construido sobre un acantilado con vistas a la preciosa bahía de Port de Sóller y la majestuosa sierra de Tramontana.

«El momento más romántico del día sea posiblemente la puesta de sol», añade Zamora, «cuando el sol tiñe las montañas de Tramontana de tonos rosados y los intensos colores se reflejan en el Mediterráneo». Planear una boda en este entorno suele llevar hasta un año, para evitar que se trate de un proceso estresante para la pareja feliz.  

«Conocer lo mejor posible a la novia y al novio es fundamental para poder entender su historia, y lo que esperan de su gran día», explica Zamora. «También es muy importante saber qué tipo de ambiente desea crear la pareja». El día de la boda, los novios pueden tener la certeza de que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. 

Cuando se trata de organizar lunas de miel en la isla, Zamora muestra el mismo nivel de entusiasmo. «Una de las lunas de miel más inolvidables que he organizado incluía preparar una cena sorpresa para una pareja que se había comprometido exactamente en el mismo sitio hacía unos años», nos cuenta. «La cena era una sorpresa organizada por el marido, así que nos pusimos de acuerdo con él para todo. El músico preferido de su esposa tocó para ellos y sobre la mesa había un espléndido ramo de sus flores preferidas».

Zamora tiene un sinfín de recomendaciones a la hora de organizar lunas de miel en la isla. «Suelo sugerir a la pareja que alquile una Vespa, para que puedan recorrer la sierra de Tramontana y parar en preciosos pueblos como Deià, Valldemossa y Fornalutx. Le pondría la guinda a un romántico día en Mallorca con una puesta de sol desde el Mirador de Sa Foradada.’