Seis restaurantes fascinantes con vistas al mar en Mallorca
Cocina en el acantilado y festines en el muelle. Cena con unas vistas inmejorables del mar
Cocina en el acantilado y festines en el muelle. Cena con unas vistas inmejorables del mar
Cocina en el acantilado y festines en el muelle. Cena con unas vistas inmejorables del mar
Mallorca está repleta de playas de arena blanca, pueblos en las laderas, viñedos, monasterios y fincas. El paisaje rural, muy popular entre senderistas y ciclistas, descansa bajo las cumbres de piedra caliza de la sierra de Tramontana.
Este relajante paisaje se extiende de costa a costa. Y no existe un lugar mejor para disfrutar de la cocina tradicional mallorquina que los restaurantes y cafeterías frente al mar. Le presentamos seis de los restaurantes más cautivadores que adornan la costa de esta isla balear.
Situado en el edificio principal de Jumeirah Port Soller Hotel & Spa y con vistas al mar resplandeciente, Cap Roig es un restaurante especializado en la auténtica cocina mediterránea servida al aire libre. Esta brasserie solamente emplea productos frescos y ofrece opciones para todo tipo de dietas, al mismo tiempo que le permite deleitarse con unas vistas impresionantes desde lo alto de un acantilado. Su acogedor y relajado ambiente lo convierte en el sitio ideal para disfrutar de las apacibles puestas de sol españolas.
Kingfisher crea platos auténticos y originales basándose en recetas procedentes de todo el mundo; desde los platos típicos de la cocina mallorquina hasta jugosas hamburguesas de ternera angus, pasando por deliciosos postres como la crème brûlée. Este restaurante es muy popular por sus estéticos platos de marisco, elaborados con productos frescos capturados el mismo día. Es la opción perfecta para un almuerzo o una cena con bebidas junto al mar resplandeciente de Port de Sóller.
Situado en los salientes rocosos sobre las aguas azul oscuro de Cala Deia, y rodeado de peñascos de roca calcárea, malecones de piedra y cuevas erosionadas por el mar, Ca's Patro March sirvió como escenario de la serie de televisión El infiltrado, de la BBC. La decoración en este restaurante de pescado y marisco es simple: las vallas fabricadas con madera arrastrada por la corriente rodean una pequeña terraza adornada con conchas y otras curiosidades recogidas de la playa. Este restaurante ofrece un menú de temporada con una gran selección de pescado y marisco capturado el mismo día, y cocinado en la parrilla hasta alcanzar la perfección.
En realidad, el restaurante de Adrián no es exactamente un restaurante con vistas al mar, pero está a tan solo unos pasos de la playa, y no podíamos dejarlo fuera de la lista. El chef de cocina Adrián Quetglas, con raíces familiares mallorquinas, aprendió su oficio durante periodos de trabajo en Londres, Moscú y París. Pero fue su amor por la isla lo que lo llevó a abrir un restaurante en Porta Mallorca. Con el objetivo de convertir la alta cocina en algo al alcance de todo el mundo (utilizando productos simples y naturales para crear un gran efecto), ha conseguido recrear la cocina europea de alta gama a precios razonables, presentada en menús de cinco y siete platos.
Si quiere probar la mejor paella de marisco de Mallorca, vaya a Sa Foradada y vea cómo los chefs cocinan mejillones, gambas y mucho más ante sus propios ojos en una parrilla alimentada con madera. Creado en 1972 por Emilio Fernández, este impresionante restaurante en lo alto de un acantilado combina una estética simple y rústica con unas amplias vistas del Mediterráneo. Le recordamos que tendrá que hacer una pequeña caminata para llegar al restaurante, ya que no es posible acceder en coche.
Agapanto, con su ambiente relajado y sencillo, evoca de forma natural el estilo de vida del Mediterráneo. Aquí todo lleva su tiempo, y nadie parece tener prisa. Agapanto sitúa la comida en algún punto entre la «poesía» y la «medicina», y sirve deliciosos platos de la cocina mediterránea y mallorquina en una terraza de madera rodeada de flores. Esto, combinado con las vistas de la cala de aguas turquesas de Port de Sóller, nos da como resultado un entorno inmejorable.